El rollo es en realidad la señal de la jurisdicción, de la autonomía municipal y de la categoría de la villa. Es levantado por el Concejo o por el Señor del lugar y tiene la función de publicación de disposiciones municipales, colocación de edictos y ocasionalmente para la exposición de los condenados de forma semejante a como se hacía anteriormente en la picota.
Los rollos aparecerán en su origen histórico vinculados al comienzo de los señoríos y muchos de ellos fueron utilizados, aunque cada vez menos, como postes de castigo. A diferencia de las picotas, su fin era el de señalar la jurisdicción o autonomía de un lugar, es decir, su mérito de villa. El material utilizado en su construcción fue la piedra, sobre todo material calizo o granítico.
El levantamiento del rollo, previa autorización real, se da bajo tres circunstancias, a saber: la creación de villas, la concesión de villazgo y el cambio de jurisdicción.
Los elementos más significativos que configuran el rollo son desde la parte inferior hasta el extremo superior: graderío, basa, fuste o columna, capitel y remate o cúspide.
a) El graderío: es la base del rollo. Lo más común es que sea de forma circular o cuadrada, aunque también los hay rectangulares u octogonales, dependiendo del modelo de la columna. El número de peldaños es variable, aunque lo corriente son tres o cuatro escalones.
b) La basa o pedestal: se apoya directamente en las gradas. La forma de la basa está ajustada a la de la columna.
c) La columna o fuste: es la parte de mayor importancia, la esencia arquitectónica de la que toma nombre el monumento. El nombre de rollo se debe a su compostura cilíndrica, enrollada.
d) El capitel: es quizás el elemento más llamativo de estas representaciones jurisdiccionales. Su forma más pura incluye cuatro salientes apuntando a los cuatro puntos cardinales que, como si de gárgolas se tratasen, anuncian a los vientos la jurisdicción del villazgo.
e) El remate o cúspide: la forma que más se repite es la variedad de remate en pináculo cónico, en tronco de pirámide; terminado en un adorno simple como una bola entera o en pico de bellota.
El final de la construcción de estos monumentos se debió principalmente a dos causas: la suspensión de las penas infamantes a lo largo del siglo XVIII y la abolición de los señoríos.
En la actualidad se han contabilizado 41 rollos-picotas en la provincia de Cáceres.
El origen del rollo estaría vinculado a la concesión del Villazgo por parte de Enrique III a través de las llamadas "mercedes enriqueñas" en 1397.
Foto y comentario: Pablo Otero
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